Querido Niño Jesús:
A menudo busco la vanagloria de este mundo, el aplauso de los que me rodean, el golpecito en la espalda que me dice: "todo lo tuyo es bueno". Pero si vuelvo mis ojos a tu pesebre me doy cuenta que estoy muy lejos de tu camino.
Tú que eres Dios no has elegido el camino fácil para formar parte de la historia del hombre. ¡Cuánto hubiera cambiado todo si en lugar de aparecer en un establo, lo hubieras hecho en un palacio! Pero, tú, Dios, para aproximarte al hombre no necesitas mármoles, ni oropeles. Tú, Dios, sólo necesitas la oscuridad de Belén.
¡Qué distinto hubiera sido todo, si en lugar de María y de José, tus padres hubieran sido el Emperador de Roma,u otro personaje de esos que llamamos importantes de la historia! Con toda seguridad el mundo hoy no sería igual. Probablemente, en lugar de iglesias, habría castillos, o escuelas filosóficas. Pero ¿seriamos más felices?
¡Qué distinto hubiera sido todo, si en lugar de aparecer en nuestras vidas en medio de la noche, casi clandestinamente, lo hubieras hecho de día y de otra forma! ¿Cómo sería hoy el mundo si Belén hubiera sido cambiado por una magna venida, rodeado de ángeles, sentado en un trono en el cielo, poderoso, como te imagino Miguel Angel en la Capilla Sixtina? Seguramente tu mensaje habría sido impuesto en el corazón de ls hombres con violencia y Teresa de Jesús, Juan de la Cruz, Rafael Arnaiz, o Francisco de Asís nunca nos hubieran hablado del Amor del Padre Dios y los pobres hoy serían más pobres.
¡Qué distinto hubiera sido todo!
Pero no elegiste ninguna de esas opciones, optaste por la opción más dificil, la más inapropiada para Dios, pero lo más cercana y próxima para los hombres. Tu bajada del cielo fue confirmación par el hombre de que "para Dios nada hay imposible". Lo hiciste para invitarme a dejar las glorias de este mundo, y perseguir el único premio importante que es la gloria del Cielo. Lo hiciste para enseñarme el camino que conduce al hombre al hombre y desde este a Dios. Lo hiciste para enseñarme que para ese camino no hay que tener muchas maletas, ni dinero en el bolsillo, por que lo único importante es uno mismo como tú en la noche de Belén.
Víctor Hernández Mayoral
20 de Octubre de 2.009